Los malos tratos tienen numerosos efectos en los niños/as, daños que no siempre son visibles. Una de las consecuencias más graves de los malos tratos son los trastornos en las capacidades de establecer vinculaciones sanas consigo mismo y con los demás. "Los niños víctimas de malos tratos presentan todos un modo de apego inseguro, ya sea del tipo ansioso ambivalente, evitativo, hostil o desorganizado, con diferentes grados de trastornos de la empatía y de la seguridad de base" (Barudy J., 1998,200). Este autor destaca el modo de apego desorganizado, que es él más grave y está relacionado no sólo con el hecho de que los niños/as han sido víctimas de los diferentes tipos de malos tratos al mismo tiempo, sino que también han conocido el proceso que este autor llama el Síndrome del peloteo. Este síndrome corresponde al daño provocado por las intervenciones de protección inadecuadas caracterizadas por detección tardía de los malos tratos, diagnósticos prolongados de la situación de los niños/as, incompetencias de los profesionales o por razones ideológicas de los responsables administrativos que dan prioridad a los vínculos familiares sobre los derechos de los niños/as.
"El aspecto más traumático de los malos tratos son que el dolor es provocado por aquellas personas significativas que son los padres, que dentro de sus funciones está la de ayudar a calmar el dolor de sus hijo a través del consuelo y el cariño. Numerosas investigaciones muestran que el cariño y el consuelo aumentan la producción de endorfinas naturales en caso de dolor, ayudando por esto a calmarlo " (Goleman D., 1996).
Diferentes investigadores han demostrado que los malos tratos provocan alteraciones importantes en el desarrollo del sistema nervioso central, que no siempre se pueden recuperar. Mientras más tardía es la intervención mayor es el riesgo de no poder recuperar ese daño. muchos de estos niños/as presentan retrasos mentales y psicoafectivos irreversibles.
La capacidad de resistir a los problemas de la vida, es el resultado entre otros de experiencias de apego seguro y de apoyo social mantenido y de calidad, por lo menos con adulto significativo para el niño/a. La toma de conciencia precoz de la realidad familiar por muy dura que ella sea y educación que integre valores que ayudan a dar sentido a las experiencias vividas, son aspectos importantes en el desarrollo de la capacidad resiliente.
CUIDE A SU HIJO...
NO DESTRUYA SU MUNDO, LA VIDA Y EL FUTURO BENDITO QUE LE ESPERA....